comprender
que todo sufrimiento es principio de salvación.
Tu soledad alivia nuestra soledades, y tu perdón nos hace renacer
como una flor en
capullo o como una canción de juventud.
Gracias, Señora, porque tu sed nos invita a salir
al encuentro de los mas necesitados, con la
posibilidad de compartir.
Tu nos has devuelto el sentido del trabajo
que antes era maldición y contigo se transforma en un medio de
santificación.
Con tu luz y enseñanzas nos muestras un camino nuevo; nos preparas, porque contigo tenemos parte en un futuro eterno
a través de tu protección.
ámen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario