Ven a mis brazos… Cierra tus ojos y aspira la luz de mi resplandor. Nunca permitas que el egoísmo sofoque tu alma. Comparte tu dicha con los seres humanos y con los seres de luz. Así, recibirás paz y tendrás siempre en quien apoyarte.
Hoy, camina conmigo y cuéntame lo que te aqueja; yo sabré comprenderte y sostenerte en todo momento. Recuerda… no estás solo yo camino a tu lado.
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